viernes, 11 de enero de 2013

Sueña el viejo Antonio

Sueña Antonio con que la tierra que trabaja le pertenece,
sueña que su sudor es pagado con justicia y verdad,
sueña que hay escuela para curar la ignorancia y medicina para espantar la muerte,
sueña que su casa se ilumina y su mesa se llena,
sueña que su tierra es libre y que es razón de su gente gobernar y gobernarse,
sueña que está en paz consigo mismo y con el mundo.

Sueña que debe luchar para tener ese sueño,
sueña que debe haber muerte para que haya vida.
Sueña Antonio y despierta…

Ahora sabe qué hacer y ve a su mujer en cuclillas atizar el fogón, oye a su hijo llorar, mira el sol saludando al oriente, y afila su machete mientras sonríe.

Un viento se levanta y todo lo revuelve, él se levanta y camina a encontrarse con otros.
Algo le ha dicho que su deseo es deseo de muchos y va a buscarlos.

Sueña el virrey con que su tierra se agita por un viento terrible que todo lo levanta, sueña con que lo que robó le es quitado, sueña que su casa es destruída y que el reino que gobernó se derrumba. Sueña y no duerme.

El virrey va donde los señores feudales y éstos le dicen que sueñan lo mismo.
El virrey no descansa, va con sus médicos y entre todos deciden que es brujería india y entre todos deciden que sólo con sangre se liberará de ese hechizo y el virrey manda a matar y encarcelar y construye más cárceles y cuarteles y el sueño sigue desvelándolo.

En este país todos sueñan. Ya llega la hora de despertar…

                                                                                            Los otros cuentos – Subcomandante Marcos

domingo, 4 de diciembre de 2011

INSTRUCCIONES PARA ABRIR EL PAQUETE DE JABÓN SUNLIGHT - Alejandro Dolina

 -Trabajo realizado por Manuel Mandeb por encargo de la agencia de publicidad Vivencia.

1) Busque la flecha indicadora.

2) Presione con el dedo pulgar hasta que el cartón del envase ceda.

3) Disimule. Soy un joven escritor que no tiene otra ocasión que ésta de conectarse con las muchedumbres. Usted finja que sigue abriendo este estúpido paquete y yo le diré algunas verdades.

4) Los vendedores de elixir nos convidan todos los días a olvidar las penas y mantener jubiloso el ánimo. El Pensamiento Oficial del Mundo ha decidido que una persona alegre es preferible a una triste.

5) La medicina aconseja cosmovisiones optimistas por creerlas más saludables. Al parecer, la verdad perjudica la función hepática.

6) Viene gente. Siga la línea de puntos en la dirección indicada por la flecha

lunes, 10 de enero de 2011

Selección de pequeños fragmentos de textos zapatistas

LAS DEFINICIONES

El Mar: Es ancho y húmedo, salado. Se mira siempre de frente y con entereza. Al final uno sale limpio e invencible. Amar sigue siendo difícil... andar también. En el mar hay muchas cosas, pero sobre todo hay agua, agua, siempre agua. Recuerde: no hay sed que se la beba...

El poeta: Sus primeros poemas son siempre maldiciones (los que siguen también). Se enamora seguido y cae con la misma frecuencia. Se levanta despacio sobre papel y tinta. Por reír mejor llora. Está en peligro de extinción. El viento: El verdadero capitán del mundo. Dirigiendo polvo y caminos se divierte con nosotros y, dicen, no lo pasa tan mal.


INSTRUCCIONES PARA OLVIDAR Y RECORDAR

Sáquese despacio ese amor que le duele al respirar. Sacúdalo un poco para que despierte. Lávelo con cuidado, que no quede ni una sola impureza. Limpio y oloroso proceda a doblarlo tantas veces como sea necesario para tener el tamaño de la uña del dedo gordo del pie derecho. Espere el paso de una hormiga, ser noble y generoso, y pásele la pesada carga. Ella lo llevará a guardar en alguna profunda caverna. Hecho esto, vaya y rellene, por enésima vez, la pipa de tabaco frente al mar de oriente. El olvido llegará conforme se termine el tabaco y el mar se acerque a usted. Si quiere recuperar ese amor que ahora olvida, basta escribir una larga carta hablando de viajes desconocidos, hidras, molinos de viento, oficinas y otros monstruos igualmente terribles. A vuelta de correo tendrá su amor tal y como lo envió, acaso con un poco de polvo y sueño en la cubierta...
 

jueves, 6 de enero de 2011

Also sprach el señor Núñez

Pero un lunes, sin aviso previo, Núñez llegó a La Pirotecnia con una valija, o tal vez era un baúl grandioso, descomunal, pasó por la portería a las diez y media, no marcó la tarjeta, no subió al guardarropa. Abrió la puerta vaivén de un puntapié y dijo:
–Buen día, miserables.
Veinte empleados, tres jefes de sección y un gerente sintieron recorrido el espinazo por una descarga eléctrica que los unía en misterioso circuito. En el silencio sepulcral de la oficina, las palabras de Núñez resonaron fantásticas, lapidarias, apocalípticas, increíbles. Nadie habló ni se movió.
–Buen día, he dicho, miserables.
leer cuento completo

lunes, 3 de enero de 2011

Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo.
Lo que me gusta de tu sexo es la boca.
Lo que me gusta de tu boca es la lengua.
Lo que me gusta de tu lengua es la palabra.


Julio Cortázar

sábado, 1 de enero de 2011

Los Nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los
nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto
la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la
buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en
lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los
nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se
levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de
escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.


Eduardo Galeano

jueves, 30 de diciembre de 2010

Siempre y nunca contra a veces

Había una vez dos veces. Una se llamaba una vez y la otra se llamaba otra vez. Una y otra vez formaban la familia A veces, que vivía y comía de vez en vez. Los grandes imperios dominantes eran siempre y nunca que, como es evidente, odiaban a muerte a la familia A veces. Ni siempre ni nunca toleraban que los A veces existieran.

Siempre no podía permitir que una vez viviera en su reino porque entonces siempre dejaba de serlo porque si ya hay una vez entonces ya no hay siempre. Nunca tampoco podía permitir que otra vez apareciera otra vez en su reino porque nunca no puede vivir con una vez ni menos si esa vez es otra vez, Pero una vez y otra vez se la pasaban molestando una y otra vez a siempre y a nunca. Y así fue hasta que siempre las dejó en paz para siempre y nunca nunca las volvió a molestar. Y una vez y otra vez se la pasaron jugando una y otra vez. “¿Qué me ves?” preguntaba una vez, y otra vez contestaba: “¿Pues qué no ves?” Y así se la pasan felices de vez en vez, ya ves. Y siempre fueron una y otra vez y nunca dejaron de ser A veces. Tan, tan.

Moraleja 1: A veces es muy difícil distinguir entre una vez y otra vez.

Moraleja 2: Nunca hay que decir siempre (bueno, a veces sí).

Moraleja 3: Los “siempres” y los “nuncas” los imponen los de arriba, pero abajo aparecen “los molestos” una y otra vez que, a veces, es otra forma de decir “los diferentes” o de vez en vez, “los rebeldes” .

Moraleja 4: Nunca vuelvo a escribir un cuento como éste, y yo siempre cumplo lo que digo (bueno, a veces no)


Subcomandante Marcos

domingo, 26 de diciembre de 2010

Las Buenas Conciencias

Sos así: inteligente, clara, refinada,
vivís en armonía con las gentes, las cosas y las plantas
que has elegido despaciosamente,
rechazando sin ruido lo que quebraba el ritmo diurno,
la calma de tus noches.
Eso no significa que ignores este caos,
este fragor de sangre que llaman siglo veinte.
Al contrario, seguís muy de cerca
cosas como el racismo, el apartheid y las transnacionales,
la sangre en Argentina y chile y Paraguay y etcétera.
Cada tarde a las seis comprás Le Monde
y te indignás sinceramente
porque todo es violencia, violación y mentira
en Dublín en Beirut en Santiago en Bangkok.
Y después cuando vienen Paulita y Juan y Pepe
les explicás con té y tostadas que esto no puede ser,
que cómo puede ser que esto sea así, y la mesa
se llena de protestas democráticas,
de migas humanísticas y Derechos Humanos (cf. Unesco).
Todos están de acuerdo, y todos sienten
que  están del justo lado, que hay que aplastar a Pinochet,
pero curiosamente
ni ellos ni vos han hecho nunca nada
para ayudar (digamos, dieron plata, se solidarizaron
 algunos con las campañas periodísticas),
porque les lleva lo mejor del tiempo
aplastar al fascismo con perfectas razones silogísticas
y sentimientos impecables.
Es evidente que leer Le Monde
Es ya un combate frente a los que leen el Figaro.
Lo importante es saber dónde está la verdad
y repetirlo y repetirlo porque en una de ésas
te oye un fascista y ahí nomás te fichan.
Oh, querida, ya es tarde,
andá a dormir pero antes, claro,
las últimas noticias. Mataron
a Orlando Letelier. Qué horror, verdad.
Esto no puede ser, esta violencia
tiene que terminar.
(Suena el teléfono, es Paulita
que acaba de enterarse.)
Da gusto ver
cómo vos y tu gente participan
de la historia.
Vas a dormir tan mal, verdad, mejor quedarse oyendo música
hasta que venga el sueño de los justos.

Julio Cortázar
Papeles inesperados